Desideratum
El tenue sol septembrino
baña mi rostro seco, agostado
por un estío que renace fuerte
resistiéndose a morir, cansado.
Las hojas más tempranas
caen, y alfombran las calles
de tí. Me queda tu recuerdo, y
para olvidarte no tengo agallas.
Nos faltó tiempo.
Ambicioné tus besos.
Tú ibas deprisa, y yo
me movía lento.
Me dejaste fuera de juego,
jaque mate en mi tablero.
Noté tu química en mis ojos
y con mi lírica evoco tu
recuerdo:
"Cruel y fatal destino,
que me ha puesto de nuevo
como a Odiseo. En su viaje,
otra dura prueba en el camino.
Cual fatídica efebía,
me lamento, y malidigo
a los dioses del Olimpo
y a su cohorte celeste.
Que con aquella estrella,
la noche había rubricado
el penúltimo abrazo dado.
Me quemé en tu fuego.
Calentaste mis agostos.
Me derretí en tu ego.
Quizás fuese una lágrima
que brotó desde lo alto
y con su estela selló
esa promesa en el acto.
No nos quisimos despedir.
Renunciamos a la eternidad
del para siempre jamás."
Quedará en manos del azar
el que volvamos a vernos.
Tú no dudaste del sí, y
en tu promesa me aferro.
Mi fe no mueve montañas,
quizás tampoco colinas,
pero por besar tus labios
yo creo lo que me digas.
Pondrá el recuerdo en
el tiempo?
Tendrán las rosas
espinas?
Si volviesemos a
vernos...
Dejarte ir ... Amor
Ya no querría.
baña mi rostro seco, agostado
por un estío que renace fuerte
resistiéndose a morir, cansado.
Las hojas más tempranas
caen, y alfombran las calles
de tí. Me queda tu recuerdo, y
para olvidarte no tengo agallas.
Nos faltó tiempo.
Ambicioné tus besos.
Tú ibas deprisa, y yo
me movía lento.
Me dejaste fuera de juego,
jaque mate en mi tablero.
Noté tu química en mis ojos
y con mi lírica evoco tu
recuerdo:
"Cruel y fatal destino,
que me ha puesto de nuevo
como a Odiseo. En su viaje,
otra dura prueba en el camino.
Cual fatídica efebía,
me lamento, y malidigo
a los dioses del Olimpo
y a su cohorte celeste.
Que con aquella estrella,
la noche había rubricado
el penúltimo abrazo dado.
Me quemé en tu fuego.
Calentaste mis agostos.
Me derretí en tu ego.
Quizás fuese una lágrima
que brotó desde lo alto
y con su estela selló
esa promesa en el acto.
No nos quisimos despedir.
Renunciamos a la eternidad
del para siempre jamás."
Quedará en manos del azar
el que volvamos a vernos.
Tú no dudaste del sí, y
en tu promesa me aferro.
Mi fe no mueve montañas,
quizás tampoco colinas,
pero por besar tus labios
yo creo lo que me digas.
Pondrá el recuerdo en
el tiempo?
Tendrán las rosas
espinas?
Si volviesemos a
vernos...
Dejarte ir ... Amor
Ya no querría.
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